martes, 26 de junio de 2012

MIs pequeños héroes.

Hoy ha sido un día importante en la familia. Era el día de entrega de notas en el cole. Mis pequeños estaban impacientes por acudir a por ellas. El mayor, ya consciente de  lo que significan, para comprobar definitivamente si su esfuerzo había dado los frutos deseados. Y mi pequeña porque se había contagiado de la emoción del mayor. Es un espejito que reproduce a su hermano haciendo las mismas cosas pero en pequeño, adaptadas a su talla y a su lengüita de ratón.

Los dos esperaban ansiosos también el pequeño regalo que les esperaba como premio a tanto trabajo. Lo habían escogido después de mucho pensar y lo tenían aparcado junto a la puerta, esperando el momento de abrirlo al fin. Un premio merecido, porque el año ha sido duro para los dos. Cada uno ha tenido que escalar sus propias montañas. Ella comenzando la aventura escolar, peleando como una campeona, consiguiendo sus metas, con su forma particular de hacer las cosas, pausada pero imparable. El, con su primer acercamiento a la realidad académica del estudio, haciéndose mayor, aprendiendo a aprender en serio.

Mis hijos son los afortunados alumnos de un pequeño colegio. Un mundo aparte, alejado de la masificación y de la despersonalización, donde el día a día es la pauta de relación con los profesores. Un colegio con solo dos aulas, en las que el aprendizaje se firma con nombre y apellidos. En las pequeñas aulas, los niños y los profesores se convierten en familia. Los profesores conocen a los niños en clase y en casa. Comparten con los padres alegrías y sinsabores diarios. Saben de mocos nocturnos, de pesadillas o de celos. Cuidan de los niños como si fueran propios. Una lotería de la que disfrutamos consiguiendo además, el mejor nivel de la zona escolar. Un ambiente que supone para mí, que lo analizo todo, la tranquilidad de saber que nada pasa desapercibido, que siempre hay alguien dispuesto a ayudar si hace falta.

Hoy los niños se abrazaban a sus profesoras. Un diploma, un poema de agradecimiento por su cariño de parte de la profesora, unas chuches...Y un rato de charla en el que hacer sentir a los pequeños que su trabajo del año ha valido la pena. A los niños...y a nosotros, que también nos hemos esforzado lo nuestro.

Con sus notas relucientes, sus sonrisas enormes y satisfechas, nos han pintado en la cara el orgullo de ser sus padres...aún más si cabe. Porque para los dos ha sido un año complicado. Hemos tenido sustos y disgustos. Tropezones y alguna zancadilla de la vida. Pero ambos se han levantado y han seguido adelante fuertes y felices. ¡Qué poco parece una pistola de agua y una cámara de juguete para premiar tanto esfuerzo! Pero a ellos...les ha encantado. Mis héroes. Cuánto tengo que aprender de ellos. Qué bien que tengo todo el verano para disfrutarlos !!!

5 comentarios:

Vero dijo...

Muchas felicidades para tus hijos y para vosotros!! La verdad es que es un lujo un colegio sin demasiado alumnado en el que el profesorado pueda implicarse y vincularse con cada uno de sus estudiantes. Un lujo, cierto. Ahora toca descansar y a cargarse las pilas para el próximo curso. Bicosssss

marina dijo...

Montse,yo soy una mestra también en un centro pequeño,sólo tengo ocho alumnos,y la verdad es que es un lujo trabajar con tan pocos,somos casi una familia,en la que hay momento para todo.Un beso

Lidia dijo...

Enhorabuena por el resultado, no dudes que gran parte del éxito de tus hijos se debe a la buena educación que reciben de sus padres. Un saludo y a disfrutar del verano.

montse dijo...

Gracias chicas. Marina, qué bueno. Debe ser un placer educar así. Ahora hay cierto debate con los unitarios pero yo, que entré muy prevenida en este, soy ahora defensora total. Cuando están bien llevados, con buenos profesionales, no hay color.

Lydia, gracias. La verdad es que hemos trabajadoooo...uf, no me acordaba de tantas cosas que estoy aprendiéndome de nuevo que yo también me examino. ;-)

Mercedes Moya dijo...

Son esos momentos henchidos de orgullo los que valen por tanta preocupacion y desvelo. Enhorabuena, amiga y felices "vacaciones"!